El metaverso es un entorno virtual inmersivo, colectivo e hiperrealista, que promete revolucionar la vida digital de las personas. ¿Cuál es el rol de la arquitectura en su desarrollo, y qué desafíos tiene por delante?
El término “metaverso” fue acuñado por primera vez en el libro “Snow Crash” (1992), del escritor Neal Stephenson. La obra cuenta la historia de “Hiro Protagonist”, un personaje que en la vida real es un repartidor de pizzas, pero en el mundo virtual ⏤llamado metaverso⏤, es un samurái.
La idea lleva treinta años en el imaginario colectivo. Pero en octubre del 2021 Mark Zuckerberg le dio un nuevo impulso, sugiriendo que el metaverso era el futuro de internet, y el siguiente paso en la evolución de las conexiones sociales. Entonces todos empezaron a hablar de ello.
La arquitectura del en el metaverso
En el ámbito de la arquitectura, la discusión no se ha hecho esperar. Al principio, estuvo centrada en las grandes posibilidades que la inmersividad del metaverso promete a la hora de relacionarse con los clientes, y en las oportunidades de negocio que eso conlleva en el mundo material. Sin embargo, poco a poco está apareciendo un nuevo concepto relacionado con la especificidad de la práctica en el mundo virtual.
Las personas requieren lugares en el metaverso. Por lo tanto, en la medida que el metaverso crezca, existirá una demanda creciente de arquitectos y diseñadores que trabajen en la creación y optimización de estos lugares. Desde ya, algunas de las reglas y especificidades habituales de la disciplina no se aplicarían a una vivienda o un edificio del metaverso ⏤la gravedad, la estabilidad estructural, los problemas climáticos o las leyes físicas⏤. Pero la mirada del arquitecto (o un meta-arquitecto) puede aportar un valor agregado a la hora de trabajar en la forma, la geometría y las imágenes de estos espacios, partiendo de las condiciones existentes para crear experiencias excepcionales y auténticas obras de arte.
Combinemos esto con los NFTs, y la posibilidad de otorgar singularidad (y valor) a una obra digital en el metaverso. Gracias a esta tecnología y otras como el blockchain, el metaverso podría tener una economía virtual propia en la que las personas puedan trabajar, comprar casas o bienes digitales de consumo. La arquitectura puede (y debe) insertarse en medio de todo eso para generar nuevas oportunidades de negocio.
La figura del meta-arquitecto, y los desafíos por delante
Un arquitecto que se construya en el metaverso necesitará un conjunto de habilidades nuevas. Pensemos en la programación y el modelado 3D, o en la capacidad de integrar conocimiento profesional de nuevas disciplinas, como el diseño UX, la creación de contenidos, y el desarrollo de software y videojuegos.
Debido a ello, la formación académica de nuestro ámbito deberá evolucionar para incluir nuevas herramientas, incorporando un mejor y más amplio entrenamiento en medios digitales, tecnología 3D, y programación. De hecho, el mismo metaverso podría utilizarse para ofrecer un campo de práctica profesional a los estudiantes.
Pero más allá de la forma en que se instrumente, es claro que la figura del meta-arquitecto será multidisciplinar, y estará atravesada por el pensamiento computacional. También el diseño generativo será clave, ya que habrá partes del metaverso que existirán y crecerán sin necesidad de los usuarios, imitando los cambios que permanentemente observamos en el mundo físico.
Teniendo en cuenta que el éxito del metaverso depende en gran medida de la calidad de los espacios que se creen dentro de él, los arquitectos tienen una gran oportunidad de posicionarse en tanto creadores de espacios inmersivos e hiperrealistas que resulten altamente atractivos para millones de usuarios. En ese sentido, tenemos por delante una oportunidad muy valiosa, así como un recorrido que seguramente traiga sorpresas y desafíos en el ámbito de la innovación y el diseño.