Cómo se inserta el pensador computacional en el equipo de trabajo, y qué papel juega en el desarrollo del proyecto.
Las prácticas de diseño computacional se basan en la construcción de redes compuestas de mentes creativas y computadoras, teniendo en cuenta las capacidades computacionales tanto como la creatividad.
En el contexto del desarrollo del proyecto, el perfil del profesional de la arquitectura ha cambiado durante las últimas décadas. La práctica ha experimentado un cambio tecnológico, mientras que, al mismo tiempo, los límites disciplinarios se desdibujan ante los problemas de mayor complejidad y los desafíos a la creatividad. En ese sentido, un pensador de diseño computacional ocupa un papel de liderazgo dentro de un equipo interdisciplinario en el contexto de la innovación.
Y la razón es clara: el diseño es un proceso exploratorio que implica la resolución de problemas y la capacidad de mirar el mundo de una manera diferente. Impulsado por una carrera tecnológica acelerada, el pensador computacional es, en sí mismo, un actor especialmente entrenado para avanzar en la solución de problemas complejos a través del análisis de datos.
Sin embargo, cabe destacar que el diseño computacional integra profesionales de diferentes disciplinas. Los procesos computacionales reúnen diferentes ámbitos disciplinarios en un colectivo creativo donde la ciencia, la técnica y la creatividad se unen para impulsar un flujo de trabajo continuo que va desde la concepción hasta la fabricación y la producción.
Este nuevo entorno creativo promueve como ningún otro la innovación, entendiendo por innovación a la generación de nuevas ideas y su implementación en el vértice de nuevas oportunidades de negocios. Allí, el pensador computacional lidera, por sus características, el proceso de estructuración de proyectos y desarrollo de negocios. Y de hecho constituye, desde un punto de vista holístico, una especie de repositorio del proyecto en su conjunto, debido a su propio conocimiento y capacidad de trabajar junto con la computadora en el procesamiento de datos, lo que equivale a que él sea el que pueda tomar decisiones.
Sin embargo, lejos de transformarlo en un actor solitario, este perfil del diseñador computacional es una característica esencial para su integración en un ecosistema de innovación formado por redes complejas de mentes creativas.
Dicho ecosistema, creemos, tiene el potencial de cambiar la estructura de la industria de la arquitectura y la construcción en sí misma. La convergencia de diseñadores, mentes creativas, pensadores, científicos y visionarios ya está rompiendo las reglas sobre la práctica tradicional, y al invertir en el diseño de un futuro de inteligencia colectiva aplicado a nuestro entorno, estamos impulsando un verdadero cambio de paradigma signado por las tecnologías digitales, el metaverso y la inteligencia artificial.
Cómo y dónde se forma un pensador computacional
Un arquitecto puede formarse en diseño computacional en distintas instituciones reconocidas a nivel mundial, como la Universidad de Harvard y la École Nationale des Ponts et Chaussées, en París. Además, existen algunas habilidades y conocimientos que son importantes en ese ámbito, como el diseño paramétrico, los modelos generativos, y el análisis computacional. También es importante tener conocimientos en herramientas específicas como Revit, Grasshopper y Rhino 3D.
En conjunto, estas habilidades permiten a los arquitectos explorar nuevas formas y optimizar sus diseños utilizando la potencia del cálculo computacional.